Conferencia impartida por Antonio García Omedes, médico y experto del Románico Aragonés.
La charla impartida sobre el monasterio pinatense fue realizada sobre la base de mi archivo fotográfico, seleccionando imágenes bellas y demostrativas tanto del monasterio situado en su privilegiado marco natural como de sus diferentes dependencias y detalles de las mismas, presentados en primer plano gracias a la magia de la técnica fotográfica.
Como introducción presenté una visión de imágenes de antiguos monumentos con probable significado religioso o mágico; o quizá ambas cosas al tiempo. Dólmenes y cuevas sepulcrales como lugares de inhumación prehistórica que quizá compartan motivaciones con nuestros templos medievales en general y con el panteón de San Juan de la Peña en particular. Sitios con fuerza telúrica desde los cuales chamanes o pontífices tienden puentes entre el inframundo y lo celestial. Parajes naturales donde la triple teofanía: roca, agua, árbol, se hace presente con gran intensidad.
Di noticia del reciente descubrimiento de la cueva sepulcral de Loarre, a poca distancia del castillo, en la que se depositaron restos de gentes del cuarto milenio antes de Cristo.
El lugar de San Juan de la Peña fue antes que monasterio benedictino cueva sepulcral donde la leyenda sitúa al beato Juan de Atarés y a los hermanos Voto y Félix como inicio de su historia. Sucesivos reyes y nobles de Navarra y Aragón escogieron este lugar sagrado para descanso de sus restos mortales. Fue, además, lugar clave en el inicio del Románico en Aragón dado que en su iglesia superior se procedió al cambio de rito hispanovisigodo por el oficial romano a la hora sexta del día 22 de marzo de 1071.
Realicé una aproximación fotográfica desde diferentes puntos de vista a la roca que cobija el monasterio, a sus iglesias; inferior con sus pinturas, y superior, destacando en ésta la presencia del tema de Daniel en el foso de los leones y el profeta Habacuc, asimismo presente en Loarre y en Jaca. También a las tumbas reales y al panteón de nobles con detalles de los tímpanos con decoración escultórica y alusión al grifo como ser ligado al mundo funerario en relación con la ascensión de Alejandro al cielo tirado por una pareja de estos seres mitológicos.
La capilla gótica de San Victorián recibió un detallado repaso, en especial en lo referente a los motivos escultóricos que decoran sus nervaduras. Ángeles turiferarios y músicos con numerosos y diversos instrumentos musicales de percusión, cuerda y viento, destacando una precoz muestra de gaita de boto aragonesa.
La aproximación a las imágenes del claustro comenzó por vistas de conjunto desde lo alto del tejado de la iglesia superior (aprovechando el andamiaje montado para restaurar su cubierta) hasta los más delicados y desconocidos detalles de los capiteles, con primeros planos de Adán, Eva como hilandera, San José con su sueño, o Cristo en la última cena, entre otros.
Tras mostrar abundantes imágenes del monasterio en su conjunto y de detalles del mismo, pasé a ofrecer otras “funcionales”; es decir, no como lugar artístico, que sin duda lo es, sino como lo que fue en origen: centro de culto religioso. Así fue y así debe ser considerado, siendo una equivocación desligar el arte de la liturgia, dado que desde su origen, el Románico es un Arte Sagrado, cuyo fin no es otro que servir de soporte a los oficios religiosos.
Por ello “llené” los espacios sagrados con imágenes de celebraciones litúrgicas, como la romería del Voto a San Indalecio, donde las cruces, los peregrinos, los sacerdotes, el obispo, la música, el canto, la liturgia en definitiva, toman carta de naturaleza dando sentido a la obra arquitectónica, al arte y a la historia que guardan.